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Leo: la palabra en acción

    Jean-Georges Kiejman

    en Léo Matarasso, Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi

    Conocí a Léo de forma fraternal, luego en las oficinas donde trabajábamos y donde modestamente le ayudé a continuar una actividad profesional que demasiado a menudo sacrificaba a sus actividades militantes. Uno de mis méritos es haber permitido que Léo, que era el hombre de la lucha, sobre todo contra el capitalismo, se convirtiera un día en el abogado de “salut les copains” y de las demás publicaciones (incluida Paris-Match) del grupo Daniel Filipacchi, que se había peleado conmigo por una razón anecdótica que no merece ser contada.
    Gracias a ello, Léo consiguió sobrevivir al menos materialmente. Con mucho humor y sin traicionar sus ideales, se puso al servicio del grupo Filipacchi.
    Lo que dice Vera es sumamente cierto, muchos abogados lo entenderían mejor quizás que los que no lo son, es que cuando Leone decía que era un hombre de palabras en acción, quería decir que era ante todo un hombre de acción, porque el relato de la acción no tenía valor comparado con la acción misma.
    Me gustaría decir, aunque nunca participé en su labor militante y aunque lo que me gustaba era su calidad de militante, que era un hombre capaz de luchar contra todo, incluso contra los aparatos a los que servía. Recuerdo especialmente el momento en que el Partido Comunista Francés no encontró a Leo como un militante modelo, que se tomaba con calma las directivas del partido. El Partido Comunista Francés intentó explicar a los camaradas vietnamitas que Leo no era un amigo con el que pudieran relacionarse. Es un homenaje a los vietnamitas que para ellos lo único que importaba era el mérito de Léo que, a pesar de su edad y su cansancio, siempre hacía los viajes necesarios para ayudarles e informar sobre la justicia de su lucha. Léo siguió siendo amigo del pueblo vietnamita hasta el final. La foto que más le gustaba y que adornaba su escritorio era la que le mostraba entre Pham van Dong y Ho Chi Min.
    Las directrices del aparato no eran tan importantes para Leo como podrían serlo para otras personas o abogados. Lo que realmente le importaba era la defensa del pueblo. Así, si muchos malhechores como yo tienen a veces mala conciencia, les basta con pensar en León para decirse que hay límites a la indiferencia general y que todos se deben, como León, a una causa más grande que ellos mismos.

    Kiejman, Georges

    en:

    <strong>Léo Matarasso,
    Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi
    Milano, maggio 2009</strong>

    Etiquetas:

    Léo Matarasso