Alfredo Somoza
en Peuples/Popoli/Peoples/Pueblos no. 10 (Junio 1987)
En la reciente reunión del Ejecutivo de la Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos (Milán, mayo ’87) y de la Fundación Internacional Lelio Basso por el Derecho y la Liberación de los Pueblos (Roma, marzo ’87) fue aprobado un proyecto de investigacion/intervención que con el nombre de “1992: 500 años de la Conquista de América” realizaran estos dos organismos conjuntamente hasta 1992.
Conquista y no “Descubrimiento” o “Encuentro”, términos usados por los apologetas de esta “empresa”, porque la palabra conquista es la que mejor simboliza la historia del continente americano en estos 500 años: el genocidio organizado o casual, el nacimiento del colonialismo, que posteriormente se extendera en Asia, Africa y Oceanía, la destrucción de centenares de culturas, la imposición de un modo de producción, una cultura, religiones que nada tenían que ver con la evolución natural de las gentes del continente. Por ultimo, el nacimiento de estructuras que condicionan hasta nuestros días el desarrollo y la soberanidad de la mayor parte de los países de las Americas.
La historia real de América nos impide de poder compartir el jubileo de los organizadores oficiales de la conmemoración de esta fecha partiendo desde la misma elección del termino utilizado como símbolo: “Descubrimiento”. Es inútil polemizar sobre que fue lo que se descubrió, lo que nos parece increíble es que a la vigilia del 2000 todavía se trate de negar la existencia de un pueblo (el pueblo indio) que vive en América desde hace 30.000 años y que pagó las consecuencias de haber sido “descubierto”, junto a sus tierras, con la casi completa desaparición cultural y física en un proceso de genocidio que podemos calificar el más terrible de la historia de la humanidad.
También rechazamos el término “Encuentro” porque un encuentro es el mutuo conocimiento, entre dos o más realidades, en el cual no existe una relación de dominación, violencia y expropiación como sucedió en el caso de la historia americana.
El proyecto se articula en 5 sectores: historia, religión, comunidades indígenas, cultura, ciencia y tecnología.
A través del trabajo de investigación, hombres de cultura, artistas, trataremos de encontrar las “claves para cambiar el presente” y a través del trabajo militante de todas las personas sensibles a la temática de los derechos de los pueblos trataremos de “ganar las calles” para testimoniar que en 1992 no se debería festejar alegremente la llegada de Colón en América sino reflexionar sobre los origines de las formas de opresión que han condicionado la “entrada” de América en el mundo “conocido” y que determinaron la actual situación de emergencia generalizada en la que viven millones de personas. Dos de los principales objectivos del proyecto son contrabalancear las informaciones producidas por los Comités Oficiales y formar en la verdadera historia de América, lo que supone un esfuerzo por re-escribir/re-interpretar lo que ha pasado en este período para que esta nueva visión (que ya existe parcialmente) se transforme en un arma que pueda ayudar en la búsqueda de soluciones comunes.
Serán también interlocutores del proyecto los diversos pueblos que habitan en tierras americanas: las comunidades negras de los distintos países del Continente, víctimas de la expansión europea en el pasado y sector mas castigado por la miseria hoy en día; aspiramos también a recoger la experiencia de pueblos en lucha por su liberación como parte viva, en mutuación de la historia de América; no es posible olvidar tampoco el fenómeno de la inmigración blanca entre el siglo XIX-XX. Estos trabajadores y campesinos que escapaban de la explotación o de la represión muchas veces fueron introducidos en América como trabajadores-esclavos dividiendo, en un primer momento, la fortuna de americanos y negros.
La presencia blanca, mayoritaria en algunos países, no puede ser subestimada sobretodo porque hoy en día es la clase/raza que monopoliza el poder político-económico en casi todos los países americanos pero al mismo tiempo existe un proletariado blanco que lucha y trabaja junto al mestizo, mulato, negro, indio.
Entre los interlocutores identificados son de vital importancia para el logro de los objectivos anunciados los Pueblos Indios a través de sus organizaciones en modo coordinado y armónico.
Pueblos que hoy, y como siempre, luchan por sus derechos a la sobrevivencia, a mantener la propia cultura, religión, organización económica, a la propia tierra. Derechos que han sido continuamente y sistemáticamente violados sea por los colonizadores sea por los estados indipendientes. Estos pueblos, que en algunos países aún son la mayoría de la población, fueron otra vez olvidados y marginados por quien se prepara a “festejar” en 1992 y tienen gran dificultad para hacer conocer sus problemas en Europa. El tercer gran objetivo del proyecto es colaborar activamente para que puedan ser escuchados en esta ocasión importante para la historia de los continentes y es también el de incorporar su versión de la propia historia enriqueciendo así la reflexión general.
en: Peuples/Popoli/Peoples/Pueblos no. 10 (Junio 1987)