Gérard Chaliand
en Léo Matarasso, Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi
Conocí a Leo en los años 60, poco después de la guerra de Argelia. Era un anticolonialista que también tenía una idea del socialismo, cuya realización implicaba responder a las aspiraciones de justicia y dignidad de todos los que carecían de ella.
Junto con otras personas, algunas de las cuales sin duda están presentes hoy, hicimos campaña para poner fin a la intervención estadounidense en Vietnam del Sur y del Norte. Una intervención que estuvo determinada, entre otras cosas, por la ilusión de que China era la instigadora del conflicto vietnamita y la teoría del dominó. Este último asumió que una vez que Vietnam del Sur cayera en manos comunistas, todo el sudeste asiático estaba perdido. Sobre todo, pensábamos que era un asunto principalmente vietnamita, en el que el nacionalismo vietnamita percibía esencialmente la intervención estadounidense como una injerencia extranjera y el bombardeo de las infraestructuras de Vietnam del Norte como un revés a diez años de trabajo para sacar al país del subdesarrollo.
El papel de Leo Matarasso en la organización del Tribunal Russell, tanto en Estocolmo como en Roskilde, donde tuve el honor de testificar, es bien conocido.
Más tarde, junto con Lelio Basso, y a instancias de éste, participó en Argel en la creación del Tribunal Permanente de los Pueblos, que examinó y juzgó una serie de regímenes y acontecimientos. Este tribunal llenó un vacío que ningún tribunal internacional ha llenado realmente desde entonces. La importancia internacional de esta iniciativa será señalada por otros. Fue gracias a Leo Matarasso, y a petición mía, que en 1983 se celebró en París una sesión del Tribunal sobre el Genocidio Armenio, que había sido olvidado durante mucho tiempo a pesar de ser un crimen imprescriptible. Esta sesión, en la que participaron tres premios Nobel, entre ellos Sean Mc Bride, fundador de Amnistía Internacional, emitió su veredicto en la Asamblea Nacional tras varios días de audiencias en la Sorbona. Los tres premios Nobel fueron recibidos por el Presidente de la República, François Mitterrand. Este acontecimiento seminal fue el que condujo al posterior reconocimiento del genocidio por parte de la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU en 1985 y del Consejo de Europa en 1987. Desde entonces, esta causa, que en el pasado ni siquiera ocupaba una nota a pie de página en los libros de historia, se ha dado a conocer ampliamente, ya que también ha encontrado eco entre las élites turcas que quieren saber más sobre su propia historia.
Leo está en el origen de este Tribunal, rompiendo con décadas de olvido y mentiras del Estado. Me gustaría darle las gracias una vez más por ello.
Chaliand, Gérard
en: <strong>Léo Matarasso,
Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi
Milano, maggio 2009</strong>