Jacqueline Duroure
en Léo Matarasso, Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi
Querido Piero,
¿Qué podemos decir de Leo después de todo lo que se ha dicho en este día de conmemoración? No lo conocía muy bien. Sin embargo, lo recuerdo como un hombre extremadamente atento con los demás, con una inteligencia que te hacía sentir inteligente cuando estabas cerca de él. Sus ojos eran claros y vivos, su sonrisa generosa.
La primera vez que me encontré con él, la única vez que fui a la Rue de Tournon, me escuchó hablar de mi compromiso con los indios, luego me habló de la Liga y me invitó a asistir a la siguiente reunión. Así es como os conocí: Adolfo, Philippe, Jean-Marie, Edmond, Verena y los demás… ¡y tú ! He participado con entusiasmo en varias sesiones del “tribunal de los puebols”: Amazonia; Tíbet; trabajo infantil…. También he participado en varias reuniones de la Liga en Génova, Roma y París. Y también en el trabajo de la Liga en la ONU en Ginebra. Lamento no haya podido sobrevivir a la erosión del tiempo. Sabes, en 1980 creé el Comité Chasky cuyo objetivo era defender los derechos de los pueblos indígenas. Este Comité sigue existiendo, se sigue utilizando para determinadas acciones, vive en manos de otros, más jóvenes.
Para hablar de Leo, puedo mencionar algunas anécdotas. Por ejemplo, un año en Ginebra, cuando el presidente dijo: “la palabra a Léo Matarasso por la Liga de los Derechos de los Pueblos”, Léo no estaba en la sala; el presidente insistió “¿no quiere hablar? » Así que abrí el micrófono, tomé su discurso y lo leí. Cuando terminé, me puso la mano en el hombro y me dijo “muy bien, chica”. Se tomó, se sentó detrás de mí y tuvo la amabilidad de no interrumpirme ni hacerse notar.
Un día me sorprendió su forma de trabajar, tomaba pocas notas, escribía poco. Se lo dije y me contestó: ‘Oh, ahora escribo mucho más, cuando era más joven sólo escribía unas pocas palabras’.
Pero lo mejor que me dijo fue cuando le sugerí que escribiera sus memorias. Me contestó con una sonrisa: “Chica, a mi edad es demasiado tarde, sólo recuerdo las cosas buenas”.
Como sólo mueren realmente los que son olvidados, creo que Leo sigue muy vivo para todos los que tuvieron la suerte de conocerlo, y por mucho tiempo, porque sé que cada uno de nosotros, a su manera, transmitirá su recuerdo. ¿Quizás eso es lo que llamamos alma después de todo?
Un abrazo
Jacqueline
en: <strong>Léo Matarasso,
Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi
Milano, maggio 2009</strong>