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Sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos sobre Nicaragua

    Anna Fiocchi , Carlo Fiocchi

    en Peuples/Popoli/Peoples/Pueblos, n.ro 6 (febrero 1985)

    El Tribunal Permanente de los Pueblos se reunió en Bruselas del 5 al 8 de octubre de 1984 para juzgar la intervención estadounidense en Nicaragua.
    La solicitud fue presentada por varias organizaciones nicaragüenses, entre ellas la Central Sindical (CST), la Confederación Nacional de Profesionales (CONAPRO) y la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN).
    El tema específico de la sesión fue el análisis detallado, basado en la presentación de informes de expertos y responsables operativos y testimonios, de la agresión estadounidense, directa e indirecta, contra Nicaragua.

    El jurado estaba compuesto por:
    François Rigaux, Presidente (Bélgica, abogado)
    George WALD, Vicepresidente (EE.UU., Premio Nobel de Biología)
    Victoria Abellan HONRUBIA (España, abogada)
    Richard BAUMLIN (Suiza, abogado)
    Georges CASALIS (Francia, teólogo)
    Harald EDELSTAM (Suecia, diplomático)
    Richard FALK (EE.UU., jurista)
    Eduardo GALEANO (Uruguay, escritor)
    Giulio GIRARDI (Italia, teólogo)
    François HOUTART (Bélgica, sociólogo)
    Edmond JOUVE (Francia, politólogo)
    Raimundo PANIKKAR (India, filósofo)
    Adolfo PEREZ ESQUIVEL (Argentina, Premio Nobel de la Paz)
    Salvatore SENESE (Italia, magistrado)
    Ernst UTRECHT (Indonesia, sociólogo)

    La práctica seguida fue la de un juicio ordinario; también se escuchó a testigos, personas heridas, mutiladas, paralizadas, violadas por bandas de “contras” que operaban bajo el control directo de instructores norteamericanos. Entre ellos se encuentran: Digna Barreda, Branda Rocha, el pastor de la iglesia de Morava Norman Brent, el reverendo James Lloyd Miguel Mena, Orlande Wayland, Tomas Alvaredo, Mario Barreda.
    Especialmente significativos fueron los informes, documentados con pruebas irrefutables como filmaciones, fotografías y armas norteamericanas, como se recoge en la nota siguiente.
    Informes, documentos y testimonios señalan al gobierno estadounidense y a otros gobiernos locales leales a Estados Unidos como responsables de apoyar a los contrarrevolucionarios.
    La parte dispositiva de la sentencia concluye: “El Tribunal considera probado el delito de agresión. Por estas razones, el Tribunal:
    CONDENA la política seguida por los Estados Unidos con respecto a Nicaragua por ser contraria a las normas del derecho internacional que prohíben toda intervención en los asuntos internos de un Estado soberano y prohíben todo tipo de agresión .
    Advierte de que estas violaciones de las normas más básicas de la sociedad internacional constituyen crímenes contra los derechos de los pueblos.
    DECLARAMOS que el derecho del pueblo nicaragüense a la autodeterminación y a la independencia no puede ser negado bajo ningún pretexto que se invoque.
    HAGO UN LLAMAMIENTO a la comunidad internacional para que preserve este derecho y castigue los delitos que lo violan”.

    Había mucha gente en Bruselas escuchando a oradores y testigos que hablaban de la política de intervención de Estados Unidos en Centroamérica, con referencia específica a los acontecimientos de Nicaragua.
    Los miembros del jurado también eran numerosos, con esa característica mezcla de juristas, científicos, filósofos, teólogos, escritores, sociólogos, procedentes de distintos continentes.
    Los representantes del gobierno estadounidense estuvieron ausentes, sustituidos con firmeza y aparente convicción por el profesor Francis BOYLE, jurista de derecho internacional de la Universidad de Illinois, designado por el Tribunal para apoyar a la parte estadounidense.
    En la acogedora sala del Centro Sindical Belga vivimos “dentro” de Nicaragua, con los problemas de Nicaragua, conmoviéndonos con el sufrimiento de este pueblo.
    Muchos hechos, acontecimientos, reflexiones ya nos eran conocidos, pero con esos testimonios tan inmediatos, con esos informes tan puntuales, aunque repetitivos, tan apasionados, aunque no exhaustivos, el asunto nicaragüense adquirió una dimensión que desconocíamos.
    Una alternancia de vicisitudes tan emblemática que podría simbolizar la esencia de nuestros últimos siglos de historia.
    Y el Tribunal Permanente de los Pueblos, analizando el asunto de Nicaragua, nos ha mostrado cómo y con qué peculiaridad se ponen en marcha los mecanismos de dominación para asegurar el poder del más fuerte.
    El Rector de la Universidad de Nicaragua, Rafael CHAMORRO, nos introdujo en esta investigación relatando la historia última de su país, desde Sandino hasta 1979, desde la Revolución hasta nuestros días.
    El estadounidense Richard FALK prosiguió con un informe sobre derecho internacional, poniendo en tela de juicio el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya y subrayando que la justicia internacional no puede superar la injusticia norteamericana; este conflicto exige el sacrificio de hombres y mujeres, como demostraron los testigos presentes.
    Otra estadounidense, Marlène DIXON, directora del Instituto para el Estudio del Militarismo y la Crisis Económica de S. Francisco (California), abordó la violación del derecho internacional por parte del gobierno estadounidense.
    Un informe lúcido, sereno, lleno de interés y motivación: una respuesta oportuna a la meticulosa intervención de la capitana del ejército nicaragüense, ROSA PASSOS, sobre el tema de la agresión militar. Un verdadero informe frente al gran mapa del país marcado con las numerosas flechas que indican las rutas de injerencia de los “contras” y de los mercenarios contratados para contrarrestar el nuevo rumbo.
    Y mientras el capitán, con voz persuasiva y tranquila, enumeraba las violaciones que tenían lugar en las fronteras del norte, oeste y sur del país, otro soldado señalaba los lugares mencionados por el oficial, moviendo cuidadosamente su bastón de un punto cardinal a otro. Y el binomio narración/ubicación geográfica nos dio la percepción exacta de la desgastante agresión llevada a cabo contra Nicaragua. Una agresión sistemática, metódica, ordenada según un plan que parece haber sido elaborado en un escritorio. Detrás de esta impresión, el realismo conmovedor de otros testigos y la voz del pueblo nicaragüense traída por el Ministro de Cultura, Ernesto CARDENAL, que explicó las relaciones EEUU-Nicaragua haciendo historia; recordándonos que el juego Este-Oeste es una causa falsa puesto que la dominación americana ya existía cuando aún no se había producido la Revolución de Octubre y no se había inventado la preocupación por el expansionismo soviético.
    Cardenal concluyó su aplaudida intervención leyendo el mismo poema con el que concluyó el II Tribunal Russell, en Roma, en 1976. Del aspecto militar pasamos a las consecuencias económicas de la agresión con una serie de datos presentados por Magda ENRIQUEZ de la Fundación Sandino .
    Tras la explicación de los mecanismos legales, militares, económicos, el recordatorio de la manipulación de los medios de comunicación, por parte de la Presidenta de la Unión de Periodistas de Nicaragua, Lili SOTO.
    Para completar el escenario del país centroamericano, la ya mencionada defensa oficiosa del profesor Boyle de la postura oficial del gobierno estadounidense. Al comienzo de la última jornada, las características y los objetivos de la intervención estadounidense en Centroamérica estaban claros. El único elemento de defensa estadounidense, basado en la necesidad de impedir el suministro de armas de Nicaragua a El Salvador, no podía justificar un ataque norteamericano de este tipo. Esta es la razón por la que existen desacuerdos entre el Congreso y el Presidente de los EE.UU., como puso de relieve la exposición del profesor estadounidense L. BIRNS, del Council on Hemispheric Affairs, y por la misma razón el profesor VERHOEVER realizó un examen jurídico en profundidad.
    El mensaje final corrió a cargo del embajador de Nicaragua en París y en la UNESCO, A. SERRANO, quien hizo hincapié en los esfuerzos de paz que el pueblo de este país intenta realizar a pesar de las numerosas dificultades en las que vive.
    Se ha bajado el telón.
    El drama representado no deja lugar a disquisiciones superficiales sobre el carácter democrático o no del “régimen” sandinista o la presencia “ideológica” de los trabajadores cubanos.
    Sentimos vergüenza ajena por lo que se ha escrito, en Occidente, sobre el experimento nicaragüense, y creemos que el comentario más acertado lo resumió el escritor uruguayo Eduardo GALEANO: “A Nicaragua no se la ataca porque no sea democrática, sino para que no lo sea”. No se ataca a Nicaragua porque sea una dictadura militar, sino para que se convierta en una. No se ataca a Nicaragua porque sea un país satélite de una gran potencia, sino para que vuelva a serlo”.

    Fiocchi, Anna y Carlo
    en: Peuples/Popoli/Peoples/Pueblos, n.ro 6 (febrero 1985)

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    Léo Matarasso