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Un militante experimentado

    Edmond Jouve

    en Léo Matarasso, Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi

    Conocí a Leo en el coloquio de Amiens en 1977. Se puso en contacto conmigo por recomendación del profesor Alain Fenet para pedirme que hablara de “La aparición de un derecho de gentes en las relaciones internacionales”, y así lo hice. Este documento significó mucho para mí. Inmediatamente, Lelio Basso me propuso unirme a su lucha y publicar una colección de textos, bajo el título “Por un derecho de gentes”, en colaboración con Antonio Cassese. Al mismo tiempo, Leo me pidió que le ayudara en su presidencia de la sección francesa de la Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos, lo que acepté. Esto me llevó (al menos durante un tiempo) a estar a su lado en el Tribunal Permanente de los Pueblos y en el Consejo Internacional de la Liga, y a participar con él en ocho sesiones del Tribunal (Argentina, Eritrea, Filipinas, El Salvador, Afganistán -Estocolmo y Sorbona-, Timor Oriental, Zaire) y en toda una serie de coloquios (Milán, San Marino, Atenas…).
    Disfruté de la compañía de este experimentado activista que nos había precedido en la defensa de los derechos de los pueblos en el Tribunal Russell y en cualquier lugar del mundo donde los derechos humanos estuvieran en peligro. Me gustaba encontrarme con él en su despacho de la rue de Toumon (forrado de obras maestras) y en su pequeña cocina (donde había construido una especie de pequeño museo). Le hacíamos contar sus más clamorosas súplicas y sus más increíbles aventuras. Le escuchábamos durante horas, cautivados por su voz cautivadora y fascinante.
    Fue para mí un ejemplo de rectitud, valor y abnegación. He aprendido mucho de él. Por supuesto, aunque estábamos de acuerdo en lo esencial, había diferencias de opinión aquí y allá. Creo que no le gustaron mis incursiones en Corea del Norte. Mi fórmula “el Estado es a veces un pueblo que se equivoca” le hizo saltar. Pero podía perdonar lo que consideraba incoherencias.
    Gracias, Leo, por enseñarnos a ser exigentes con nosotros mismos y con los demás.

    Jouve, Edmond

    en:

    <strong>Léo Matarasso,
    Seminario del 6 dicembre 2008, Cedetim, Parigi
    Milano, maggio 2009</strong>

    Etiquetas:

    Léo Matarasso